“Rock existencialista”. Eso era lo que Christian Jean, Sebastián Franco y Pablo Cantú querían alcanzar cuando crearon la banda Reyno a finales de 2012: una mezcla de influencias sonoras que desafiaban los sentidos, una exploración de temas que iban más allá de lo cotidiano y se atrevían a contemplar preguntas existenciales que se asoman en nuestra cotidianidad.
El resultado de ese intento fue el álbum “Viaje por lo eterno”, que en gran parte cumple en sus canciones con la promesa de su título: canciones como “Fugitivo”, “Amarrado” y “Nunca me dejes” nos llevan en un viaje de ritmos, de ideas, que van desde los romances más cotidianos hasta las preguntas que nos confrontan con el vacío del universo. Esto, claro, dentro de un sonido osado y desafiante con el que la agrupación crea su propia identidad en el mundo del rock.
Ahora, Reyno es uno de los grupos más influyentes de la escena alterna en México, con trabajos como “Dualidad” (2015), “Fuerza ancestral” (2018) y ahora el más reciente “El eco de la nada”, un disco que sigue la tradición de la banda y explora desde lo particular a lo universal en canciones como “Repetición”, “Abismo” y muchas otras. “Nos gusta mucho hacer análisis de nuestras emociones y vivencias y ponerlo en palabras, en canciones”, le dijo Christian Jean al Chicago Tribune. “Cualquier vivencia relevante, la hacemos canción”.
Con un sonido que nos lleva de nuestra sala a las estrellas y unos versos igual de ambiciosos, Reyno ha logrado crear música y explorar temas que resuenan en todos nosotros.